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Las altas temperaturas en verano pueden tener como consecuencia importante la perturbación del sueño, ya que se dificulta el dormir tranquilo, descansar de buena manera y esta situación puede interferir de forma preocupante de las actividades cotidianas de la vida.
Se recomienda que, para dormir bien, el dormitorio pueda tener una temperatura agradable, con ruido y luz mínimos. Es necesario mantener el dormitorio limpio y ventilado, asegurando así, que esté fresco durante la noche, y para eso podría requerir bajar las cortinas durante el día que bloqueen el sol. También sería óptimo generar una corriente de aire entre el dormitorio y otra habitación o usar ventiladores que refresquen el ambiente. Con las ventanas abiertas, es útil usar tapones en los oídos para evitar el ruido que pueda entrar desde la calle y colocar topes en las puertas para evitar portazos con el viento.
Entre otras alternativas, el alivianar la ropa de cama puede ayudar a mantenerse fresco. En este caso, se recomienda mantener una sábana o una colcha delgada a mano, pues en la noche puede disminuir la temperatura del ambiente y necesitar cubrirse.
También es útil hacer algunos cambios que nos ayuden a un buen descanso, tales como no realizar ejercicio intenso cerca de la hora de dormir y cenar al menos dos horas antes de dormir, con un alimento idealmente frío y ligero.
Evitar alimentos o bebidas calientes, así como también el café, bebidas cola y el alcohol ayuda a disminuir la sensación de calor. No se recomienda consumir mucho líquido antes de acostarse para evitar tener que levantarse al baño.
Pamela Ivanovic
Directora Postgrado y Educación Continua Facultad de Enfermería
Universidad Andrés Bello
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