Rihanna deslumbró al público en el show de medio tiempo del Super Bowl, en su primera actuación en vivo después de permanecer más de seis años fuera de los escenarios. Ofreció un espectáculo lleno de éxitos en el descanso del partido que ganaron los Kansas City Chiefs sobre los Philadelphia Eagles, un triunfo que les otorgó su segundo título de la Liga Nacional de Fútbol Americano en cuatro temporadas.
Aunque se considera uno de los conciertos más prestigiosos en Estados Unidos -con una audiencia estimada de 190 millones de espectadores-, las redes sociales se volvieron locas cuando la cantante reveló la presencia de un invitado especial inesperado.
En una entrevista concedida la semana pasada, se le preguntó a la cantante si habría alguna sorpresa durante su actuación en el State Farm Stadium de Arizona. "Estoy pensando en traer a alguien", respondió. "No estoy segura, ya veremos". Los fans supusieron que se refería a uno de los muchos artistas con los que ha colaborado a lo largo de su popular carrera. Llevar de invitado a Jay-Z, Drake o Eminem parecía algo más que probable y acorde con la tradición de los duetos sorpresa en este tipo de espectáculo. Pero Rihanna no se refería a ninguno de ellos. Aunque nadie se dio cuenta en ese momento, en realidad estaba insinuando que estaba embarazada de su segundo hijo.
Puede que la cantante no estrenara nuevos temas durante su actuación en el Super Bowl del domingo, pero su pancita acaparó toda la atención en internet.
Vestida con un enterito rojo de Loewe, Rihanna apareció en una de las plataformas flotantes que se elevaban por encima del público, y comenzó fuerte con Better Have My Money, un arranque gracioso considerando que no le pagan por actuar en el Super Bowl.
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